Barranquitas, Puerto Rico
Lunes, 19 de julio de 2004
Señor Gobernador Interino del Estado Libre Asociado de Puerto Rico,
Honorable José M. Izquierdo Encarnación;
Señor Presidente del Senado, Honorable Antonio Fas Alzamora;
Señor Presidente de la Cámara de Representantes, Honorable Carlos
Vizcarrondo Irizarry;
Señor Comisionado Residente, Honorable Aníbal Acevedo Vilá;
Señora Victoria Muñoz Mendoza;
Familia Muñoz
Señor Director Ejecutivo de la Fundación Luis Muñoz Marín, Licenciado José Roberto Martínez;
Señores miembros de la Junta de Directores de la Fundación Luis Muñoz Marín;
Señor Alcalde de Barranquitas, Honorable Francisco López;
Compañeros Alcaldes;
Distinguidos miembros de los medios de comunicación;
Damas y caballeros, amigos todos:
Muy buenos días.
" Hace 31 años, Luis Muñoz Marín vino a Barranquitas a conmemorar el natalicio de su padre Luis Muñoz Rivera. Y, en aquella ocasión, tal vez sentó la pauta de lo que a mi juicio debe ser esta visita a Barranquitas todos los años. Decía Muñoz entonces: Yo no vengo a que nos alabemos de lo bueno que hemos hecho, que es mucho. Vengo a hablar de lo que no hemos hecho, o de lo que hemos hecho insuficientemente -- que quizás es más.
" Cuando la Fundación Luis Muñoz Marín se me acercó, a través de mi buena amiga Victoria, para invitarme a fungir como orador en ocasión del 145 aniversario del natalicio de Luis Muñoz Rivera, esa predisposición de Muñoz Marín-el hijo, hace 31 años, aquí mismo en Barranquitas, hurgó en mi pensamiento.
" Y, de un tema libre al que se me incitó a desarrollar, pasé al tema obligado de la MUNICIPALIZACIÓN..., porque si bien es cierto que es vasto el trecho que hemos recorrido para impulsar esta visión de hacer gobierno autonomista desde los municipios, falta aún mucha voluntad y compromiso genuino para culminarla.
" Así que como Muñoz aquella mañana del 17 de julio del 1973 vino a Barranquitas a honrar la memoria de Muñoz Rivera hablando sencilla y llanamente de lo que no hemos hecho, o de lo que hemos hecho insuficientemente para labrar un mejor futuro para nuestra Nación, yo humildemente me presento ante ustedes para reflexionar, sobre lo que a mi mejor entender, y en representación de todos los alcaldes de Puerto Rico, es la única forma efectiva que tenemos a nuestro alcance para gobernar el Puerto Rico del nuevo siglo.
" Unos lo han llamado municipalización. Otros lo confunden con términos como regionalización o descentralización. A mí se me antoja describirlo como el antídoto a lo que Rafael Hernández Colón denunció durante su primer término de gobernación, como el monstruo de la burocracia.
" Como puertorriqueño moldeado en la fragua del autonomismo muñocista; nutrido y cobijado en la mejor tradición ética de valores y compromiso en el servicio público, que sembró en la conciencia del puertorriqueño la gesta patriótica de Muñoz Rivera y Muñoz Marín, me parece impostergable compartir unas breves reflexiones sobre el modelo de gobernabilidad que debe ceñir la administración pública de cara al siglo XXI. Y, para evocar el espíritu autonomista de Muñoz Rivera y Muñoz Marín, es además de propio y pertinente, obligado.
" Alexis Oscar Tirado Rivera, en su escrito A Cien Años de la Carta Autonómica de 1897, destaca a Muñoz Rivera como la figura central en el proceso de reformas en el gobierno local, aludiendo a pactos y alianzas con el gobierno español hasta lograr acuerdos y decretos como la Constitución Autonómica para Puerto Rico, que según sus cláusulas, no es exótica, ni copiada, ni imitada; es una organización propia..., de suerte... mientras los representantes del pueblo insular gobiernan desde sus cámaras locales los intereses propios especiales de su país, otros elegidos por el mismo pueblo, asisten y cooperan en las Cortes en la formación de las leyes...
" La Carta Autonómica otorgó a los puertorriqueños una representación política real, con dos cámaras legislativas electas: la Cámara de Representantes y el Consejo de Administración. Además de legislar, se le concedió a la Asamblea Legislativa facultad para negociar tratados de comercio con otros países y atender asuntos de gobierno como hacienda, presupuesto, industria, comercio, agricultura y obras públicas. Y lo que más nos interesa aquí: otorgó amplios poderes a los gobiernos municipales. El valor histórico de la Carta Autonómica puede resumirse en dos conceptos: mayores libertades políticas y económicas.
" Estos logros extraordinarios, desafortunadamente, quedaron suspendidos indefinidamente en marzo de 1898, a raíz de estallar la Guerra Hispanoamericana, que culminó con la llegada de las tropas norteamericanas a Guánica el 25 de julio de ese año.
" Parecería que los avances del autonomismo de don Ramón Power y Giralt en las Cortes Españolas de principios del siglo XIX y las gestiones posteriores de fines de siglo, encaminadas por Muñoz Rivera, habían tocado a su fin.
" Una retahíla de jefaturas militares rige los destinos de la isla hasta que en 1949, Luis Muñoz Marín, el hijo del prócer autonomista, adviene al poder y se inicia una marcada reforma simultánea, en todos los frentes.
" La escasez de recursos humanos y económicos--, que caracterizaba el Puerto Rico de la década de los 50, provocó la necesidad de configurar un gobierno centralizado, y como apéndices de ese gobierno, otros gobiernos locales con poderes limitados, dependientes del Ejecutivo y el Legislativo.
" Esa fórmula le funcionó bien a Puerto Rico, porque permitió que se produjeran los cambios necesarios e inherentes a la revolución pacífica de justicia social propuesta por Muñoz Marín.
" Pero ese mismo centralismo, comenzó a generar, en la década de los 70, otros distintos males, y el gobierno se fue convirtiendo en un ente burocrático, ineficiente e ingobernable..., incapaz de resolver los problemas y necesidades de la gente.
" El gigantismo se apoderó de la mentalidad del Ejecutivo, que para aliviar la elevada tasa de desempleo, convirtió al Gobierno Central en patrono de grandes masas.
" Surgieron problemas nuevos, desconocidos hasta entonces, como el consumo y trasiego de drogas; y se agudizaron otros que aún no se habían resuelto, como la criminalidad, la escasez de vivienda y el desempleo...
" La composición tradicional del núcleo familiar se vio amenazada; los valores que distinguían al puertorriqueño definiéndolo como un ciudadano de principios, donde la palabra de caballero era sagrada y por consiguiente inviolable; donde la dignidad del ser humano era prioridad; donde los parámetros de conducta se medían por los principios religiosos y morales de vida; donde los derechos ajenos se consideraban siempre por encima de los propios&, todas esas definiciones fueron cambiando con la consecuente pérdida de valores, para dar paso a una sociedad consumista, donde el poder adquisitivo del individuo se convirtió en el barómetro por excelencia para medir el éxito alcanzado, el nuevo nivel social y sus posibilidades de proyectarse como figura de poder.
" El nuevo orden de valores contrastó con un sistema de gobierno centralizado, burocratizado y agigantado, desprovisto de visión a corto y a largo alcance, y desprovisto también de las herramientas para enfrentarse a esta nueva realidad. El Gobierno Central se encontró en un momento dado prácticamente paralizado, maniatado, indiferente, y por ende, incapaz de atender con agilidad y urgencia los servicios que necesitaba la gente.
" La situación alcanzó tales proporciones que llevó al entonces gobernador Rafael Hernández Colón, en su primer cuatrienio, a referirse al sistema como el monstruo de la burocracia, al que caracterizó como un pulpo con múltiples tentáculos.
" Para finales de la década de los 80, la Asociación de Alcaldes inició un movimiento que promovía un cambio en la organización del gobierno local o de primera instancia.
" Surgió así un nuevo modelo, apoyado en la teoría de que son los gobiernos locales o municipales los que sirven directamente al pueblo, y por consiguiente, los que deben disponer de los recursos y la autoridad para ofrecer los servicios y que lleguen a los usuarios que los necesitan.
" La clave exigía la descentralización del poder enclavado en el gobierno central--, para trasladarlo a los municipios.
" Fue ése el impulso que dio paso a la descentralización de poderes concebida por Hernández Colón en su segundo término en la gobernación. Ese movimiento reconocía al gobierno municipal como el ente más cercano al pueblo, y como el conocedor de sus problemas y realidades, aunque carente de los recursos indispensables para atenderlos.
" Se crearon entonces comités ideológicos bipartidistas, integrados por el anterior alcalde de Caguas Ángel O. Berríos, el ex alcalde de Guaynabo Alejandro Junior Cruz, el alcalde de Trujillo Alto Pedro Padilla y el de San Germán, Jorge Alberto Ramos Comas. Así surge el anteproyecto de la Ley de Municipios Autónomos.
" Ese estatuto, como establece su nombre, pretendía conferirle más poderes a los municipios, y aumentar los recursos y responsabilidades para hacer factible el ejercicio de ofrecer servicios con mayor eficiencia y agilidad.
" El 30 de agosto de 1991, el gobernador Hernández Colón aprobó la Ley 81, conocida como Ley de Municipios Autónomos, con la intención expresa de ampliar y transferirle competencias del Gobierno Central a los municipios, otorgándoles el máximo de autonomía; y para estimular la participación ciudadana en el desarrollo de comunidades; autorizar la creación de corporaciones especiales para el desarrollo económico de los municipios y proveer los recursos fiscales esenciales y necesarios para alcanzar su fin.
" La reforma municipal visualizada en esta pieza legislativa, con su redefinición del gobierno municipal y la propuesta reestructuración del Gobierno Central, iba encaminada a democratizar aún más el proceso político, garantizándole a la ciudadanía un gobierno efectivo, responsivo a sus necesidades y aspiraciones...
" Muchos alcaldes pusimos nuestras esperanzas en su aprobación, al pensar que ahora se iniciaba una nueva etapa en la administración pública de nuestro país.
" Pero el tiempo le reservó al autonomismo municipal idéntica suerte que a la Carta Autonómica del 1898. Y así, cuando la luz de la justicia y la libertad revivió la esperanza de nuestra muchedumbre democrática, cuando empezamos a caminar solos y sin muletas, nos volvieron a quebrar los huesos.
" La invasión norteamericana borró años de luchas autonómicas y la misma suerte le tocó al autonomismo municipal en 1992.
" Con el advenimiento en 1993 de un nuevo gobierno que no creía en la autonomía municipal, y que por el contrario, se convirtió en enemigo acérrimo de ese principio, la Ley sufrió enmiendas drásticas: un total de 85, que le asestaron un golpe mortal al espíritu y al alcance de la legislación.
" Las 85 enmiendas introducidas por el legislador en esos dos nefastos cuatrienios, no sólo quebraron el espinazo de la niña ley, sino que llevaron a déficit fiscal al 52 por ciento de los 78 municipios.
" En 2001 solicité como Presidente de la Asociación de Alcaldes de Puerto Rico a la Gobernadora incumbente que, transcurrida ya una década de existencia de la Ley de Municipios Autónomos, ameritaba una reevaluación. Se creó una comisión representativa de alcaldes de ambos partidos, funcionarios del Gabinete y funcionarios ejecutivos.
" Desde nuestra posición reclamamos que en su revisión, la Ley 81 regresara a su concepción original, eliminándosele las 85 enmiendas represivas y añadiendo quince enmiendas de carácter fiscal que aumentaran los ingresos fiscales a los municipios.
" Solicitamos que se elevara a rango constitucional la ley para garantizar que no se radiquen enmiendas ulteriores que atenten contra la autonomía municipal.
" Solicitamos también redefinir el Gobierno Central en ocho regiones correspondientes a los distritos senatoriales, con el fin de iniciar un nuevo modelo de administración pública, y así descentralizar el Gobierno Central.
" El proyecto fue aprobado por Cámara y Senado, el día 30 de junio pasado, y sólo consideró la propuesta de devolver a la ley su concepto original del 1991, pero sin incorporar la mayoría de las enmiendas fiscales.
" El concepto de la constitucionalidad de la ley tampoco se incluyó, y la propuesta de regionalización del Gobierno Central murió asfixiada, irónicamente, por los tentáculos del monstruo de la burocracia que aún no se han podido erradicar en el Gobierno Central...
" Una vez más, vemos y vivimos las dificultades que conlleva la ejecución de cambios..., máxime, cuando se trata de luchas de poder... Las razones son obvias: por un lado, el miedo al riesgo ante la incertidumbre que presenta el cambio. Por el otro, el costumbrismo que ensombrece la razón y tapa los sentidos, pero sobre todo, el temor a la pérdida de liderato y de poder...
" Ante estas realidades negativas, históricas y presentes en contra del movimiento autonómico, no podemos caer en el conformismo estéril. Este nuevo siglo exige soluciones a problemas viejos que parecen perpetuarse, sin importar líderes ni colores.
" Manejar y dirigir el proceso de gobernar se complica día a día con las presiones que ejercen sobre éste los sectores económicos, religiosos, sociales y culturales..., llegando algunos a convertirse en amenazas y puros chantajes, y otros, que eventualmente llevan a la corrupción gubernamental.
" Un gobierno agigantado en cada elección para satisfacer la demanda de empleo a los trabajadores políticos, unos servidores públicos desmoralizados ante las violaciones del mérito al trabajo...
" Una carga económica brutal sobre la clase media trabajadora que es la que subsidia a un gobierno en su contra... ¡No podemos hablar con seriedad de democracia para todos!
" Si las soluciones que buscamos no han estado ni en los líderes ni en los colores, la alternativa que nos queda tiene que radicar en el sistema. Este sistema arcaico y caduco que nos empeñamos en perpetuar, porque fue exitoso en un tiempo, no resiste la evaluación de nuestra circunstancia actual.
" El centralismo exitoso de Muñoz, que tanto nos sirvió, tiene ahora que dar paso a las nuevas corrientes, a los nuevos modelos de descentralización del poder.
" El modelo que me atrevo a proponer no solamente puede estar basado en enmarcar la autonomía municipal. Tiene que ir más lejos...
" Lo que pedimos con tanto afán no es un sueño irrisorio ni irrealizable. Lo que queremos y lo que insistimos en defender, no es otra cosa que la implantación de un modelo de gobernabilidad que hace quince años adoptamos en el Gobierno Municipal Autónomo de Carolina; con los poderes autonómicos que nos han permitido instaurar una revolución pacífica en nuestro propio territorio municipal..., basada en el espíritu autonomista, que como dije al principio, heredamos de Muñoz Rivera y Muñoz Marín desde fines del siglo XIX, y que hoy como ayer, continúa vivo en la conciencia del puertorriqueño.
" Lo que pedimos tiene que ver con la delegación de facultades y poderes en una Legislatura Municipal, en un Tribunal Municipal, en una oficina municipal de permisos y recaudos de impuestos, manejada por la visión autonomista de la municipalización...
" Y hoy aquí, volviendo a recordar a Muñoz sobre lo que no hemos hecho, o lo que hemos hecho insuficientemente, quiero ante ustedes consignar mi cuota. Este proceso autonómico municipal se tiene que dar, porque el pueblo no quiere más, un gobierno lejano y frío. Un gobierno que durante las últimas décadas no ha solucionado sus problemas más apremiantes. Un gobierno debilitado por los chantajes de los poderosos. Un gobierno haciendo más ricos a los ricos, y más pobres a los pobres; un gobierno sin brújula ni destino...
" Cuando nuestros líderes comprendan lo que para nosotros los alcaldes es el pan nuestro de cada día, y empiecen a formular propuestas que incluyan al pueblo, a la ciudadanía en el proceso de gobernar, lograremos un país donde la democracia no será una filosofía blandengue&, sino una realidad en el más amplio sentido de la palabra.
" Nos atreveremos a ser nosotros y a contar con nosotros, cuando entendamos que nadie tiene obligación de resolver nuestros problemas. Cuando entendamos que el tiempo ya llegó, que es ahora, la hora de iniciar una nueva revolución pacífica, y no seguir poniéndole parches inútiles a un sistema de gobierno desgastado...
" Inspirados en el espíritu autonomista de trabajo y de lucha que dirigió la vida de Don Luis Muñoz Rivera, seguiremos librando la buena batalla hacia la consecución de un mayor autonomismo municipal, con fuerza, con temple, con dedicación&, y la esperanza puesta en el pleno conocimiento de que se aspira a un fin, a una necesidad impostergable.
" Sólo así, la gente que compone nuestro pueblo se convertirá finalmente en dueña de su gobierno&
" Y como creo firmemente en ese postulado, hago un llamamiento público desde esta cuna del autonomismo, espíritu y vida del alma puertorriqueña, para que al finalizar esta reflexión, nos ocupemos, en unidad de propósitos, a buscar soluciones que engendren cambios realmente revolucionarios en nuestra manera de ver y de hacer gobierno, hacia una mayor MUNICIPALIZACIÓN de los trabajos y servicios. ¡Vamos a atrevernos a desarrollar nuestra democracia y nuestro autonomismo!
" Muchas gracias.
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