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Discurso pronunciado a través de la estación W.N.E.L., desde el Capitolio, sobre el impasse legislativo - 14 de abril de 1941
Amigos y compatriotas:
En la hora en que dicto estas palabras todavía no se ha tomado acción en la Cámara de Representantes sobre los proyectos de importancia para ustedes que aún faltan por aprobar ni sobre la instru-mentación de llevar a efecto proyectos de igual importancia ya aprobados, ni sobre el presupuesto, el cual deberá contener asigna-ciones que permitan comenzar a poner en vigor la Ley de Tierras, la Ley de Salario Mínimo, la apertura de dispensarios médicos en los campos y otras leyes y obras de gran necesidad que el pueblo está esperando.
El Senado prácticamente ha terminado sus trabajos. Solamente la paralización de la Cámara durante los últimos tres días ha hecho que en este momento, o temprano mañana, no pudiera cerrarse la Legislatura en el día mismo que marca la ley y sin detener el reloj.
Siempre, por costumbre, la Ley de Presupuesto se ha iniciado en la Cámara de Representantes. Pero buscando nosotros maneras de avanzar el trabajo, de cumplir sin pérdida de tiempo en lo que concierne al Senado, hemos llegado a la conclusión de que no hay ninguna razón de ley o de constitución que obligue a que la Ley de Presupuesto se considere primero en la Cámara de Representantes. Por con siguiente, hemos considerado la Ley de Presupuesto en el Senado. Y puedo anunciar que la Ley de Presupuesto ha quedado aprobada por el Sena-do de Puerto Rico, que tengo el honor de presidir.
Me honro en anunciar que la Ley de Presupuesto, tal y como está aprobada por el Senado, cumple la palabra empeñada por mí en mi discurso del dieciséis de noviembre, respetando los puestos de todos los que los desempeñan sin distinción de partidos. Las enmiendas prin-cipales que se han hecho al presupuesto vigente son las que instru-mentan la Ley de Tierras, la Ley de Salario Mínimo, la ley de los hospitales de distrito y dispensarios médicos en los campos, la legisla-ción que permite quitarles a ustedes la contribución sobre la sal y otras medidas y asignaciones para instrumentar el cumplimiento completo del programa ofrecido al pueblo. El presupuesto ahora pasa a la Cámara de Representantes. Allí también quedan por considerarse varias leyes de gran importancia para ustedes en los campos y en las poblaciones de Puerto Rico. Creo que en estos tres días, los que tenían dudas acerca de cuál era el cumplimiento de su deber, han tenido tiempo para consultar a sus electores, para oír la voz del pueblo que los eligió. Creo que hombres de conciencia al fin habrán de darse al trabajo constructivo de terminar esta obra honrosamente como se comenzó.
No es ya a legisladores unificacionistas o socialistas o republicanos en la Cámara a los que han de referirse mis palabras. Es a todos los representantes, cualquiera que sea su partido. El pueblo de Puerto Rico espera de ellos la acción constructiva que permita terminar esta sesión de nuestra Legislatura como la sesión más provechosa para nuestro pueblo que jamás se haya celebrado en los recintos parlamentarios de nuestra isla. Así lo creo, y en ello confío. De ese modo todos podremos sentirnos satisfechos al quedar plenamente realizada la obra de nuestra Asamblea Legislativa y de la capacidad democrática del pueblo de Puerto Rico.
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